Cada vez más empresas españolas se muestran interesadas en el sistema de Compliance. Tres de cada cuatro compañías tienen implantada o piensa implantar próximamente esta función. El puesto o departamento responsable de su puesta en marcha y supervisión suele depender del Consejo de Administración o del Comité de Auditoría, y entre sus objetivos se encuentra la monitorización del programa interno de la organización.
La mayor parte de las compañías españolas cuenta con un presupuesto específico para la función de compliance, que se orienta principalmente a cubrir gastos relaciones con retribuciones y acciones de formación del personal. En cuanto a las motivaciones de las compañías a la hora de establecer un sistema de compliance, las organizaciones responden a un compromiso ético, apoyado por la dirección, así como una motivación orientada a la exención o atenuación de la responsabilidad penal y la preocupación por no perder oportunidades de negocio, frente a otras opciones no contempladas, como la exigencia de los clientes o proveedores de la empresa o la presión social o mediática, según resalta la Asociación Española de Compliance (ASCOM).
En cuanto al alcance del sistema de Compliance, la gran mayoría de las compañías cuenta con los elementos imprescindibles que implica la gestión de este sistema, desde un código ético de conducta hasta un mapa de riesgos, pasando por un canal de denuncias, informes periódicos y plan de monitorización.
Además, hay empresas que cuentan con elementos aún más complejos, englobados en lo que se consideran mejores prácticas en este ámbito, como la evaluación del desempeño de los empleados incluyendo el cumplimiento del código ético, o los riesgos no exclusivamente derivados de la responsabilidad penal de la persona jurídica.
En caso de que no tener establecido este sistema de gestión interna o contar con experiencia en casos de inmigración y movilidad global, la compañía puede solicitar apoyo de empresas como Hasenkamp, quien gestiona todos los procedimientos de inmigración de acuerdo al Compliance en cada caso.
Retos y valoración
Otro aspecto a tener en cuenta es el nivel de integración del programa de Compliance en el día a día de la organización. En este sentido, tres de cada cuatro empresas han logrado implantar el sistema, mientras que una gran parte de las compañías también tiene aplicada la función en los procesos de lanzamiento de nuevas actividades de negocio.
Entre los retos a acometer sería dar participación a la función de Compliance en las operaciones de compra y venta de participaciones de empresas y, sobre todo, involucrar el sistema de Compliance en el diseño de los planes de remuneración de los empleados.
El sistema de Compliance tiene, en cualquier caso, un largo recorrido en cuanto a posibilidad de mejora se refiere, ya que menos compañías de las que sería recomendable tienen un canal de denuncias eficaz. Además, solo las empresas de mayor tamaño tienen clientes, proveedores, accionistas o entidades financieras interesadas en el programa de Compliance.
Por el contrario, la gran mayoría de las compañías se decanta por realizar formación a sus profesionales en materia de Compliance. Y prácticamente todas las compañías remiten informes de la materia al órgano de Administración.
Por último, y en cuanto a la valoración que ofrecen las organizaciones en cuanto a la función de Compliance, se constata que el interés por este sistema es superior en las compañías que en administraciones públicas, entidades financieras o clientes. En cuanto a la valoración positiva de las organizaciones, se centra en la mejora de los procedimientos internos, y el valor y reputación de la marca de empresas.
En cuanto a la función de Compliance y la movilidad internacional se refiere, Hasenkamp cuenta con expertos a disposición de los departamentos de Recursos Humanos para asesoramiento en materias como visados y permisos de trabajo y residencia.
