La asignación internacional no es solo un proceso en el que hay que plantearse aspectos logísticos o financieros. Las empresas también deben tener en cuenta las implicaciones éticas que este proceso conlleva, dentro de su responsabilidad a la hora de conseguir un impacto positivo tanto para los empleados como para los países que reciben al asignado internacional.
Respeto por los derechos de los empleados
Uno de los pilares fundamentales de un enfoque ético en las asignaciones internacionales es garantizar el respeto por los derechos de los empleados asignados internacionalmente. Esto implica proporcionar condiciones laborales justas, salarios competitivos y los beneficios más adecuados para cada situación, incluyendo acceso a atención médica, apoyo psicológico y programas de integración cultural. La falta de un compromiso ético puede dar lugar a desigualdades salariales entre los asignados internacionales y empleados locales, que pueden derivar en problemas para la organización.
Además, las empresas deben ser transparentes desde el inicio del proceso, lo que incluye detallar las expectativas del puesto, los riesgos asociados y los beneficios ofrecidos, asegurándose de que el empleado tenga toda la información necesaria para tomar una decisión informada. Ignorar este aspecto supone desconfianza y frustración en el profesional, lo que terminará afectando tanto al desempeño laboral como a la relación entre el empleado y la organización.
Impacto en el país de destino
La asignación internacional afecta tanto al trabajador trasladado y su familia, como también a la comunidad local. Por ello, un enfoque ético debe considerar el impacto que tendrá la llegada de empleados extranjeros en las dinámicas de la organización que acoge al trabajador. Para ello, hay que intentar minimizar cualquier tipo de tensión en los equipos, fomentar la inclusión y garantizar que los asignados internacionales no desplacen a los trabajadores locales de sus empleos ni contribuyan a generar desigualdades económicas.
Las empresas tienen la responsabilidad de preparar a sus asignados internacionales para interactuar con sensibilidad en su nuevo entorno, respetando las normas culturales y sociales que se van a encontrar. En este sentido, conviene que las compañías implementen políticas que promuevan la colaboración entre los asignados internacionales y los equipos locales, asegurando que ambas partes se benefician de la interacción.
Soporte integral para la familia del asignado internacional
El éxito de una asignación internacional depende tanto del desempeño del empleado, como del grado de adaptación de su familia al nuevo entorno. Un enfoque ético implica reconocer y atender las necesidades del grupo familiar, ya que las dificultades de adaptación pueden afectar al bienestar emocional del trabajador y, por tanto, a su productividad.
Resulta fundamental ofrecer apoyo en la búsqueda de vivienda, acceso a educación para los hijos y orientación sobre posibles servicios que puedan resultar de sus intereses. La organización también debería ocuparse de proporcionar recursos para ayudar a la pareja del empleado a encontrar oportunidades laborales, lo que puede marcar una diferencia significativa en el éxito de la operación.
Transparencia fiscal y legal
Las empresas deben garantizar que sus políticas cumplan con las normativas locales en materia de impuestos, permisos de trabajo y derechos laborales. Ignorar estas obligaciones no solo pone en riesgo a los empleados, sino que también expone a la organización a sanciones legales, al tiempo que daña su reputación.
Por otra parte, la planificación fiscal no debe ser utilizada como una herramienta para evadir responsabilidades. Si bien es legítimo buscar un coste eficiente, hacerlo en detrimento de los derechos de los empleados o de la comunidad local supone un impacto que tarde o temprano repercutirá de manera negativa en la organización.
Capacitación intercultural y sensibilidad global
Los programas de capacitación intercultural están diseñados para ayudar a los empleados a comprender y respetar las diferencias culturales en su lugar de destino. Esto no solo facilita su integración, sino que también reduce el riesgo de conflictos laborales y errores culturales que pueden afectar la reputación de la empresa.
Asimismo, las organizaciones deben fomentar la sensibilidad global como parte de su cultura empresarial, promoviendo valores como la diversidad, la inclusión y el respeto mutuo. Al hacerlo, la compañía se estará asegurando que los empleados asignados internacionales se conviertan en embajadores de los valores corporativos en otros países.
Equidad en las oportunidades
Un enfoque ético debe de garantizar que las asignaciones internacionales se otorguen de manera justa y transparente. Así, la discriminación, ya sea por género, raza o edad, no puede tener cabida en el proceso de selección.
En algunas organizaciones las mujeres todavía se enfrentan obstáculos para acceder a oportunidades de asignación internacional por la percepción de que esta oportunidad no es compatible con sus responsabilidades familiares. Las empresas deben dejar atrás las desigualdades y crear un entorno en el que todos los empleados tengan las mismas oportunidades de desarrollo.
Importancia de contar con una empresa especializada en relocation
Contratar a una empresa especializada en relocation como Hasenkamp representa una ventaja clave para garantizar un proceso ético y eficiente. Estas organizaciones cuentan con experiencia en la gestión integral de las necesidades de los asignados internacionales, en aspectos como la búsqueda de vivienda, la mudanza, o los trámites de inmigración, entre otros.
Al delegar estas tareas a profesionales, las empresas reducen el riesgo de errores administrativos, evitan conflictos legales y aseguran una transición más fluida para el asignado internacional. Además, los expertos en relocation están familiarizados con las normativas locales, lo que supone un valor añadido a tener en cuenta.
Sostenibilidad y responsabilidad social
Las empresas deben esforzarse por reducir la huella ambiental de las asignaciones internacionales, desde optimizar el transporte y la logística hasta promover prácticas laborales sostenibles en el destino.
Además, pueden contribuir activamente al desarrollo local a través de programas de voluntariado corporativo, inversiones en el destino y alianzas con organizaciones no gubernamentales. Estas iniciativas, además de generar un impacto positivo, también fortalecen la percepción de la empresa como un actor responsable y comprometido.